lunes, julio 28, 2008

¿Los rankings dirigen a las universidades?

Una concisa e interesante presentación de la Dra. Ellen Hazelkorn en la reciente reunión de la Asociación Internacional de Universidades ilustra los resultados de su investigación sobre el efecto de los "rankings" o clasificaciones de universidades sobre la administración de las mismas. Los efectos son extensos y profundos en muchas de ellas, porque no sólo se dan sobre las decisiones de las propias instituciones sino también sobre las administraciones educativas nacionales.

Así entre sus ejemplos cuenta tanto los de instituciones cuyas decisiones explícitamente se dirigen hacia alcanzar mejores lugares en los rankings (con efectos en la selección de alumnos y profesores, orientación de la docencia y la investigación, etc.) cuanto los de gobiernos que deciden que deben contar con N universidades en los primeros lugares de las clasificaciones.

Esta presentación aparece referenciada en el portal de la IAU en el programa de la reunión, específicamente un panel sobre clasificaciones. Las otras presentaciones del mismo pánel son también de interés, aunque sorprendentemente ciegas al escepticismo y la prudencia que deberían inducir las reflexiones de la Dra. Hazelkorn. Y, sorprendentemente, ninguna de las propuestas de rankings hace referencia a los principios de Berlín, que intentan conferir cierta objetividad y transparencia a los rankings.

Ni duda: entre las necesidades objetivas que llevan a calificar y clasificar, el desborde de los egos institucionales y nacionales, y algunos efectos de autorretroalimentación sistémica, este Frankenstein es imparable. Ojalá los ejercicios por venir de la OCDE tengan la seriedad necesaria.

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