sábado, julio 19, 2008

Rankings: Francia quiere uno nuevo, Ben Sowter contesta a Richard Holmes, y el Independent dice que descienden hacia la farsa

Conforme el año avanza, las noticias relativas a rankings de universidades evolucionan; se ha ido estableciendo un ciclo anual, gradualmente.

Así, pasada la racha de discusiones que sigue a la aparición del ranking de Shanghai en agosto y el del Times en octubre o noviembre (fechas siempre aproximadas), viene un silencio relativo en la primavera, y ahora las notas se refieren a temas más diversos. Richard Holmes tiene el oido bien puesto en la tierra y nota no sólo las estampidas sino también los movimientos más sutiles. Aquí algunas notas destacadas que menciona en su excelente blog y una reflexión propia:

1. Francia quiere un nuevo ranking. Coincido con la apreciación del informe presentado al Senado de Francia en el sentido de que el sistema de citas a artículos científicos favorece a las universidades angloparlantes, como sucede con muchos otros factores de los rankings del Times y de Shanghai a los que ya me he referido en este blog. Holmes se pregunta por qué no se limitan las instituciones francesas a usar los índices de "citas per cápita", que las favorecen.

Un estudio interesante que había escapado a nuestra atención anteriormente es el de la École Nationale de Mines que clasifica a las universidades en función del número de directivos de empresas del índice "Fortune 500" que se educaron en ellas. La UNAM aparece en el lugar número 318, con base en que son egresados suyos directivos de Pemex, CFE y Carso, empresas listadas en ese índice (sólo una es privada). La UNAM aparece allí con una puntuación de 2.5 contra el 100 de Harvard. Y las universidades francesas aparecen en unos 5 de los primeros 10 lugares. Como con los cambios del ranking del Times de 2007, que dieron lugar a la entrada o ascenso de 27 universidades inglesas en los primeros 100 lugares, uno puede rascarse la cabeza, arquear las cejas, o hacer 100 respiraciones tántricas para librarse del "sospechosismo". Vale la pena leer el estudio completo.

2. Holmes discute con Ben Sowter, de QS - Quacquarelli & Symonds, empresa responsable del trabajo técnico de los rankings del Times - quien resulta asiduo lector de Holmes. Así tenemos evidencia por primera vez, en el mundo de los rankings, de la importancia de los blogs y de los bloggers.

3. El propio Holmes cita un artículo del Independent que refiere al menos a nivel anecdótico un par de prácticas en las universidades inglesas que muestran ls distorsiones de conducta que inducen los rankings. Una de ellas afecta principalmente a las tablas de clasificación inglesas; la otra - hacer la vista gorda ante el plagiarismo de los estudiantes extranjeros para no perderlos - se relaciona con el índice de estudiantes extranjeros que es tan caro al Times como medida del atractivo internacional de las universidades.

Y la reflexión: ¿tendrán los cambios recientes en la directiva de la Asociación Mundial de Universidades algún impacto sobre la relación entre las universidades y los sistemas de clasificación? La AIU comisionó hace un par de años el excelente estudio de Ellen Hazelkorn sobre el impacto de los rankings sobre la conducta de las universidades. La evidencia acerca de tanto la importancia creciente que se da a los rankings como de los muy serios problemas que los acompañan crece cada día. ¿Qué hará la AIU?

Estructura organizacional del ciberdelito/Organizational structure of cybercrime

Acaba de aparecer un informe sumamente interesante de la empresa de seguridad informática Finjan que describe las estructuras organizacionales y parte importante del modus operandi de las bandas dedicadas a varios tipos dominantes actualmente de delito cibernético, como el phishing.

El informe describe en texto claro y con buenos diagramas las estructuras operativas que se ponen en marcha para estos delitos: estructuras de múltiples capas, algunas de ellas con muchos participantes, con funciones especializadas (creación de virus y troyanos, distribución de ese malware, depósito de la información capturada (datos de tarjetas de crédito, en muchos de sus ejemplos), y uso de esta información para convertirla en dinero líquido o realizar transacciones. En cada capa los actores están poco acoplados, y las capas están también sólo ligeramente acopladas entre sí. Eso da una gran flexibilidad a la operación y provee un principio de robustez apreciable, pues en cada capa pueden ser capturados o interrumpidos numerosos componentes sin afectar gravemente la operación de las otras capas ni exhibir a muchos de sus participantes.

Este principio organizacional es bien conocido; yo reconozco algunas características de la guerrilla, y el artículo hace una analogía mucho más detallada con las organizaciones tradicionales del delito organizado como la Mafia.

El estudio se basa en la participación de un investigador de Finjan en los foros de "carding" (captura y uso de datos de tarjetas de crédito y de débito) y es un esfuerzo realizado totalmente en el sector privado y la comunidad técnica, sin intervención de actores gubernamentales. Un punto de reflexión importante cuando analizamos los esfuerzos de organizaciones como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT o ITU) para gubernamentalizar la seguridad informática.

Destaco un último punto: el artículo también refiere los precios actuales de los datos de las tarjetas de crédito que permiten su utilización por los delincuentes para desfalcar a los tarjetahabientes, y estos precios van de los 15 dólares para tarjetas básicas en Estados Unidos a 70 dólares para las tarjetas de alto límite de crédito en Europa.

Se trata pues de un documento que paga sobradamente una lectura cuidadosa, tanto para expertos como para legos en la materia.