Un programa bien ideado por Mario Ledesma y su equipo en Radio Educación, "INTERFAZ", nos permitió tener una muy animada conversación acerca de la radio por Internet, en la que fuimos entrevistados Juan Batres y yo. Juan hizo una descripción exhaustiva, práctica, amena y bien orientada acerca de la radio en Internet y cómo iniciar una estación. Juan es una de las voces que escuchamos sobre este tema en la Sociedad Internet de México, A.C. (ISOC México).
Las preguntas de los amigos en cabina permitieron también discutir el impacto de la radio en Internet como un nuevo modelo de comunicación y los retos que, como todo en Internet, presenta el hecho de que cada vez somos más los emisores, los creadores de mensajes. La radio en Internet plantea además un problema, que hubo oportunidad de discutir, a quienes creen que en Internet "no hay ley" - es uno de los medios en que casi indefectiblemente se puede ubicar un sitio geográfico para la creación de los mensajes y por ello particularmente se presenta la posibilidad de identificar inequívocamente la aplicación de una ley nacional.
Tuvimos también oportunidad de abrir una reflexión acerca de la novedad de la radio en Internet; poco a poco se alejará de una pura emisión de voz, idéntica a la radio pre-Internet excepto por el medio de transporte de la señal, a una situación de diálogo, de multidireccionalidad, y también de multimedialidad, así como de programación en demanda.
El programa es prometedor ya que Mario Ledesma y el equipo que reunió están atrayendo a jóvenes de hoy y dándoles espacio y voz. Martes a las 1630 en Radio Educación.
blog by Alejandro Pisanty. If I can sustain the effort I'll touch on IT in education, Internet Governance, UNAM projects, university rankings, ICANN, and a subject or two more. Español: blog sobre tecnologías de la información en educación, gobernanza de Internet, proyectos en la UNAM, "rankings" (clasificaciones) de Universidades,ICANN y un par de temas más - si puedo sostener el esfuerzo.
martes, mayo 12, 2009
lunes, mayo 11, 2009
¿Por qué querría conectarse a Internet?
En un comentario a la entrada anterior de este blog, Jéssica de la Portilla Montaño (escritora, bloguera, testigo de proyectos importantes, y más) recuerda que cuando por primera vez oyó hablar del proyecto "e-México" se preguntó para qué querría conectarse a Internet un mexicano que no contara con electricidad y otros satisfactores básicos.
Ésta es una pregunta recurrente desde que Internet salió del ámbito académico (e incluso antes de ello) y quizás valga la pena volver sobre ella muchas veces.
La respuesta más seria a la pregunta es "no sabemos". Lo que sí sabemos es que a muchos mexicanos aislados y empobrecidos, como a muchos otros seres humanos en similares condiciones en otros países, las conexiones a Internet les han servido de mucho para contar con herramientas que permiten superar esas condiciones de miseria y marginación - incluso sin que ellos estén directamente conectados a Internet, vale decir, sin que en sus hogares haya una computadora conectada a Internet, ni hagan ellos uso de computadoras de uso compartido o colectivo en centros de población.
El beneficio llega a través de lo que por varios años ya he llamado un "intermediario efectivo": un miembro de la familia, en la mayoría de los casos joven que estudia en una escuela, que sí tiene acceso a Internet, que sí tiene una sensibilidad a las necesidades de su familia marginada y pobre, y que sí conecta las dos cosas.
Este o esta joven adquiere información de salud, o para la productividad del trabajo de la familia por rural que éste sea, o para muchos otros fines; la selecciona y procesa, y la prepara para presentarla a la familia. Ejemplos conocidos son los de jóvenes que mejoran las artes de pesca de familias huaves en Oaxaca o de cría de truchas en las montañas en Nayarit, de jóvenes que llevan cuentas de banco, auxilian en la obtención de créditos en la banca de desarrollo, auxilian en la preservación de la salud de la familia, etc.
Este "intermediario efectivo" es uno de los principales motores de la Sociedad de la Información.
Su intermediación no sólo es un transporte de información. Es exitosa por la selección de información, la presentación efectiva a quien puede usarla, y por la difusión a otros que también pueden beneficiarse.
Es decir, corresponde a una acción que transforma la cultura de la información, de la cultura tradicional que no pocas veces es - sin demérito de su efectividad - holística, tácita, y expuesta a la intervención excesiva de elementos no racionales, a otro modo de manejo de la información: desagregada, explícita, y disponible para la crítica racional.
Sobre la pregunta inicial, entonces, encontramos una respuesta al menos parcial - no se trata de elegir entre acceso a Internet y comida, acceso a Internet y empleo, acceso a Internet y medicinas, acceso a Internet y el esfuerzo colectivo y oficial de llevar la electricidad a cada casa. Éstos son falsos dilemas. Hay que sumar el acceso a Internet, y a sus beneficios, a la búsqueda de la alimentación, la salud, y el empleo, mediante la acción privada, sin duda, pero infaltablemente a través de políticas públicas e inversiones pública adecuadas.
APARTE. En el mismo comentario Jéssica se refiere a blogs bien escritos y a algunos muy malos. Por la calidad del suyo, temo su juicio sobre éste.
Ésta es una pregunta recurrente desde que Internet salió del ámbito académico (e incluso antes de ello) y quizás valga la pena volver sobre ella muchas veces.
La respuesta más seria a la pregunta es "no sabemos". Lo que sí sabemos es que a muchos mexicanos aislados y empobrecidos, como a muchos otros seres humanos en similares condiciones en otros países, las conexiones a Internet les han servido de mucho para contar con herramientas que permiten superar esas condiciones de miseria y marginación - incluso sin que ellos estén directamente conectados a Internet, vale decir, sin que en sus hogares haya una computadora conectada a Internet, ni hagan ellos uso de computadoras de uso compartido o colectivo en centros de población.
El beneficio llega a través de lo que por varios años ya he llamado un "intermediario efectivo": un miembro de la familia, en la mayoría de los casos joven que estudia en una escuela, que sí tiene acceso a Internet, que sí tiene una sensibilidad a las necesidades de su familia marginada y pobre, y que sí conecta las dos cosas.
Este o esta joven adquiere información de salud, o para la productividad del trabajo de la familia por rural que éste sea, o para muchos otros fines; la selecciona y procesa, y la prepara para presentarla a la familia. Ejemplos conocidos son los de jóvenes que mejoran las artes de pesca de familias huaves en Oaxaca o de cría de truchas en las montañas en Nayarit, de jóvenes que llevan cuentas de banco, auxilian en la obtención de créditos en la banca de desarrollo, auxilian en la preservación de la salud de la familia, etc.
Este "intermediario efectivo" es uno de los principales motores de la Sociedad de la Información.
Su intermediación no sólo es un transporte de información. Es exitosa por la selección de información, la presentación efectiva a quien puede usarla, y por la difusión a otros que también pueden beneficiarse.
Es decir, corresponde a una acción que transforma la cultura de la información, de la cultura tradicional que no pocas veces es - sin demérito de su efectividad - holística, tácita, y expuesta a la intervención excesiva de elementos no racionales, a otro modo de manejo de la información: desagregada, explícita, y disponible para la crítica racional.
Sobre la pregunta inicial, entonces, encontramos una respuesta al menos parcial - no se trata de elegir entre acceso a Internet y comida, acceso a Internet y empleo, acceso a Internet y medicinas, acceso a Internet y el esfuerzo colectivo y oficial de llevar la electricidad a cada casa. Éstos son falsos dilemas. Hay que sumar el acceso a Internet, y a sus beneficios, a la búsqueda de la alimentación, la salud, y el empleo, mediante la acción privada, sin duda, pero infaltablemente a través de políticas públicas e inversiones pública adecuadas.
APARTE. En el mismo comentario Jéssica se refiere a blogs bien escritos y a algunos muy malos. Por la calidad del suyo, temo su juicio sobre éste.
domingo, mayo 10, 2009
Educación en línea y también teletrabajo en las crisis - continuación
Recibí un omentario a la entrada anterior de este blog, que ya pasé a publicación y comento: dice mi corresponsal anónimo que mi nota en la que deploro que no haya contenido curricular en línea suficiente para cubrir las tareas educativas durante los días de cuarenetna, aislamiento, "distanciamiento social", o lo que se presente durante un desastre como la epidemia de influenza, no toma en cuenta la realidad económica del país porque asume que toda la población tendría acceso a Internet y ése no es el caso.
Tiene razón en esto último, sin duda; en muchas otras entradas de este blog he indicado cuasas y factores de esa insuficiencia. La brecha digital no es más que una manifestación de todas las otras brechas de una sociedad. Que sea consecuencia o causa, que atacar este problema sea resultado de politicas en otros ámbitos o una de las palancas del cambio, es tema de mucha discusión.
A lo que me resisto es al impulso general del comentario recibido. La respuesta irritada sería "¡pues entonces no hagamos nada!" y me parece la menos conducente, la peor. Más bien me lleva a añadir que por supuesto, además de contar con contenido educativo curricular (y extracurricular) suficiente, nos falta resolver el problema del acceso individual a Internet. El acceso colectivo es un gran paso en tiempos "normales" pero si se cierran los espacios de reunión por motivos de salud, los cibercafés, centros comunitarios digitales, y demás formas que hemos inventado en México para no decir "telecentros", estarán cerrados también.
Un diseño completo estaría dando lugar a corto plazo - debió darlo hace mucho - a la combinación de contenidos en línea, equipos y conexiones individuales y a nivel hogar, y todas las prácticas necesarias asimiladas entre maestros, alumnos, padres de familia, y la sociedad en general. Si la OLPC no se hubiera vuelto artículo de fe, si tuviéramos un "Proyecto Ceibal" como en Uruguay, en fin, estamos otra vez en el territorio de Las Hubieras, al cual ya sabemos que los conquistadores llegan empantanados y no encuentran mejor cosa que hacer que colgar de un árbol al Cuauhtémoc que se deje.
Para mí la discusión no termina aquí. Octavio Islas ilustra en un artículo de hace un par de días otro de los problemas sistémicos que nos aquejan. En una discusión acerca de las condiciones del teletrabajo, que pudo hacer más para paliar la crisis, enfoca su atención acerca de la pobreza de la cultura de la información en México.
Que la crisis de la influenza nos esté mostrando estas partes de nuestro cuerpo nacional, sin ropa al bajar la marea, debe ser motivo para empezar a construir urgentemente soluciones.
Volveré al tema de la cultura de información en una entrada dedicada solamente a una visión de ese asunto. Entretanto, bienvenida la discusión vigorosa y franca. Mantengámosla civil y abierta. Gracias, amigo anónimo, por la provocación y con ello la invitación a precisar y completar mis argumentos.
Tiene razón en esto último, sin duda; en muchas otras entradas de este blog he indicado cuasas y factores de esa insuficiencia. La brecha digital no es más que una manifestación de todas las otras brechas de una sociedad. Que sea consecuencia o causa, que atacar este problema sea resultado de politicas en otros ámbitos o una de las palancas del cambio, es tema de mucha discusión.
A lo que me resisto es al impulso general del comentario recibido. La respuesta irritada sería "¡pues entonces no hagamos nada!" y me parece la menos conducente, la peor. Más bien me lleva a añadir que por supuesto, además de contar con contenido educativo curricular (y extracurricular) suficiente, nos falta resolver el problema del acceso individual a Internet. El acceso colectivo es un gran paso en tiempos "normales" pero si se cierran los espacios de reunión por motivos de salud, los cibercafés, centros comunitarios digitales, y demás formas que hemos inventado en México para no decir "telecentros", estarán cerrados también.
Un diseño completo estaría dando lugar a corto plazo - debió darlo hace mucho - a la combinación de contenidos en línea, equipos y conexiones individuales y a nivel hogar, y todas las prácticas necesarias asimiladas entre maestros, alumnos, padres de familia, y la sociedad en general. Si la OLPC no se hubiera vuelto artículo de fe, si tuviéramos un "Proyecto Ceibal" como en Uruguay, en fin, estamos otra vez en el territorio de Las Hubieras, al cual ya sabemos que los conquistadores llegan empantanados y no encuentran mejor cosa que hacer que colgar de un árbol al Cuauhtémoc que se deje.
Para mí la discusión no termina aquí. Octavio Islas ilustra en un artículo de hace un par de días otro de los problemas sistémicos que nos aquejan. En una discusión acerca de las condiciones del teletrabajo, que pudo hacer más para paliar la crisis, enfoca su atención acerca de la pobreza de la cultura de la información en México.
Que la crisis de la influenza nos esté mostrando estas partes de nuestro cuerpo nacional, sin ropa al bajar la marea, debe ser motivo para empezar a construir urgentemente soluciones.
Volveré al tema de la cultura de información en una entrada dedicada solamente a una visión de ese asunto. Entretanto, bienvenida la discusión vigorosa y franca. Mantengámosla civil y abierta. Gracias, amigo anónimo, por la provocación y con ello la invitación a precisar y completar mis argumentos.
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