En los últimos meses se ha reavivado la atención, casi un furor, por los llamados "nuevos medios sociales" o "social media" para usar la expresión en inglés, concepto que abarca a las "redes sociales" como Facebook y LinkedIn, a servicios como Ning en los cuales es posible para los usuarios crear sus propias redes sociales para fines específicos, YouTube, Flickr, y muchos más.
Entre las redes sociales más especializadas me han llamado la atención muy particularmente MeetTheBoss, que es exclusiva para personas relacionadas con el medio financiero, preferiblemente a nivel de mandos medios, y edu1world, dirigido a tomadores de decisiones en educación, especialmente educación superior.
Sin embargo, el motivo de atención más viva actualmente en este entorno es Twitter. Twitter es un servicio de "microblogging", es decir, de expresiones del usuario ordenadas en tiempo (como un blog, una bitácora), de muy corta extensión (de allí el "micro"), 120 caracteres, que corresponden a los 140 caracteres de los mensajes cortos o SMS menos 20 para identificación.
A diferencia de LinkedIn o Facebook, es posible "seguir" (leer las actualizaciones) a una persona sin que se establezca una relación recíproca, y reenviar al espacio público ("retweet") mensajes recibidos. En general la dinámica de Twitter es ágil, inmediata, casi instantánea, e íntima e intrusiva. Alrededor de cada usuario se va creando una comunidad de lectores y leídos, de emisores y receptores y retransmisores, que personaliza la experiencia.
El jueves 23 de abril de 2009 me encontraba impartiendo una conferencia en un taller sobre Internet (sobre todo Web 2.0) para organizaciones no gubernamentales (ONGs), organizado por la fundación MacArthur y dirigido a las ONGs a las que esta Fundación apoya para su trabajo en temas de derechos humanos y de salud. Esa mañana uno de los asistentes me preguntó por mi opinión sobre Twitter y le expresé mi visión de ese momento: para mí, demasiado rápido y demasiado intrusivo. No tardaría en cambiar de opinión: esa noche, a las 23 hrs., México se encontraría ante una situación inédita, tras el anuncio del Secretario de Salud sobre la epidemia de influenza H1N1 y las drásticas medidas preventivas que se aplicarían.
La mañana siguiente asistí a la segunda sesión del taller en una situación totalmente novedosa: asistentes utilizando cubrebocas, un silencio sepulcral en las calles a nuestro alrededor, y una eléctrica tensión en el ambiente que se palpaba en el mundo entero. Llegaban mensajes por todos los medios - correo electrónico, las mensajerías de Facebook y el propio Twitter, foros en línea - de amigos en el extranjero preocupados por la situación, que en algunos casos era la de sus propios hijos. Allí ocurrió mi conversión a Twitter.
Junto con Luis Carlos Díaz, un joven, activo, inteligente y valiente periodista venezolano que conduce el proyecto Periodismo de Paz, quien también era instructor del taller, empecé a enviar mensajes por Twitter para dar a conocer de inmediato y con brevedad la información que iba llegando a nosotros acerca de la epidemia y las medidas aplicadas por el gobierno y la sociedad, así como la respuesta desde el extranjero. Los siguientes días nos enseñaron a transmitir a través de Twitter los puntos más importantes de las conferencias de prensa de la Secretaría de Salud, a etiquetar nuestros envíos con "hashtags" como #influenza, #swineflu, y #H1N1, a encontrar "retweets" y comentarios dignos de mayor difusión, en fin, a hacer un uso intensivo y exhaustivo del medio.
En este proceso encontramos además una nueva instancia de la auto-organización de los usuarios de Internet interesados en una causa o en un tema, formando pequeñas pero efectivas "smart mobs" en línea con personas como Ivonne Muñoz y otros convencidos de la necesidad de información oportuna, eficaz, y crítica. Redescubrimos viejos amigos, hicimos algunos nuevos, y volvimos a sentir la excitación, el entusiasmo, la alegría que vienen siempre que "hacemos buen Internet". Los acuerdos espontáneos y la vitalidad del medio sacaron lo mejor de la gente, una vez más.
Las semanas más recientes nos han otorgado el privilegio de observar otra instancia de uso intensivo y decisivo de Twitter y otros medios sociales en Internet: el período post-electoral en Irán. La interrupción deliberada de la mayor parte de las telecomunicaciones por parte del gobierno de Irán ha dejado a la comunidad en ese país muy pocas formas y vías para dar a conocer la situación. La negativa del gobierno a permitir que trabajen los medios periodísticos "tradicionales" como CNN y la BBC ha hecho que sólo el periodismo ciudadano, el reportaje individual realizado con medios mínimos, pueda informar más allá de las fronteras, y al interior del país, acerca de los llamados a la resistencia y a manifestaciones (originales en tanto silenciosas o basadas en rezos a deshoras), sus cancelaciones por temor a la represión, y los enfrentamientos que se presentan en el país.
Entre otros, destaca el esfuerzo de Katrin Verclas, de MobileActive, quien también fuera instructora en el taller de la Fundación MacArthur, para concentrar, analizar críticamente, y reenviar (en "retweets") la información proveniente de Irán. Poco a poco se le han sumado otros actores de Internet conocidos, como John Perry Barlow.
Ha sido para mí un tanto patético ver que las cadenas como CNN y la BBC se esfuerzan en ocultar, matizar, o calificar como "amateur" a este periodismo informal, inexperto, sesgado, pero en general honesto, convencido, que arriesga la vida por dar a conocer las noticias, y que constituye su única fuente de información y de imágenes.
La irregular calidad de éstas me ha traído a la mente una discusión de hace década y media ya: Jorge Martínez Peniche y yo, en el embrión del proyecto de Educación a Distancia de la UNAM en el rectorado del Dr. José Sarukhán, discutíamos con los representantes de la televisión universitaria acerca de la calidad de las imágenes provenientes de los sistemas de videoconferencia y otros procesos digitales de baja resolución y economía de anchura de banda y capacidad de proceso, argumentando, contra los profesionales, que una imagen de calidad inferior a los estándares del "broadcast" televisivo sería bien aceptada mientras el contenido a que se refiriera fuera de interés para el espectador. A riesgo de resultar presuntuosos, creo que la BBC y CNN nos han reivindicado repetidamente, desde los "periodistas incrustados" en la guerra de Iraq hasta esta nueva oleada de información espontánea y vital de los inconformes iraníes.
El círculo se cierra: al volver a hablar de educación a distancia y de e-learning, es momento de mencionar que los usos educativos de Twitter están en plena evolución. Un estupendo artículo publicado recientemente en Educause Quarterly nos provee varios ejemplos de usos creativos para seguir el avance de los estudiantes en sus actividades y para mantenerlos entusiasmados, y entrelazados en un esfuerzo colectivo, durante los procesos de aprendizaje.
blog by Alejandro Pisanty. If I can sustain the effort I'll touch on IT in education, Internet Governance, UNAM projects, university rankings, ICANN, and a subject or two more. Español: blog sobre tecnologías de la información en educación, gobernanza de Internet, proyectos en la UNAM, "rankings" (clasificaciones) de Universidades,ICANN y un par de temas más - si puedo sostener el esfuerzo.
sábado, junio 20, 2009
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