sábado, febrero 16, 2008

Software libre y no tan libre en química computacional - una discusión inesperada

Una de las más antiguas comunidades en línea es la Computational Chemistry List, fundada en 1991 por Jan Labanowski y unos 100 entusiastas que habíamos sido los participantes de un congreso de química computacional que se llevó a cabo ese año o el anterior en Columbus, Ohio. En la CCL aprendimos muchos en los primeros años noventa las grandes lecciones que hoy siguen siendo parte de la curva de aprendizaje para millones de usuarios nuevos de Internet cada año, como las reglas de etiqueta y civilidad fundamentales de las discusiones en línea, o las necesidades y límites de la inclusión de información comercial en las comunidades no lucrativas.

Jan Labanowski es uno de mis héroes personales. Polaco, radicado en E.U., Jan es un buen químico computacional, un excelente profesional de la computación, alguien que piensa filosóficamente en los fundamentos de su actividad sin perder el enfoque práctico, y un ser dotado de un sentido trágico de la vida que seguramente se explica por más razones que su origen polaco. Él ha mantenido viva esa comunidad a través de múltiples vicisitudes (cambios institucionales, nulo financiamiento) y cambios tecnológicos y de escala. Cuando él y yo publicamos un estudio sobre esta comunidad hace ya muchos años descubrimos que era vital para los químicos computacionales que participaban en ella. Era y es la liga al mundo exterior para muchos químicos que se dedican al modelado molecular, la predicción de propiedades químicas y físicas de las sustancias, el estudio de fármacos, etc. y que en muchos casos son el único especialista en medio de una organización o en lugares muy aislados.

Recientemente se dio en la CCL una discusión que vale la pena releer y que fue rematada en una contribución de Pablo Echenique, sobre software libre y no tan libre en esa especialidad (y ojo, aunque la química computacional parezca remota, ocupa buenamente un 50% de los recursos de cualquier centro de cómputo científico respetable). Los parámetros de la discusión pueden resumirse diciendo que por un lado empresas como Gaussian Inc. defienden el mantener inaccesibles los programas fuente de su muy complejo software, mientras que muchos académicos expresan preferencias a favor del software de fuente abierta, y dejan abierto al público su código fuente para que sea reutilizado, criticado y ocasionalmente mejorado por otros.
Un ángulo que merece especial atención es la crítica hecha por algunos programadores y desarrolladores comerciales en el sentido de que los proyectos de software libre que se mencionan están financiados en última instancia por fondos públicos y no por proyectos económicamente autosustentables. Un ambiente inesperado, pues, para esta discusión, que vale la pena leer en detalle en los archivos de la CCL.