"Luz de la calle y obscuridad de su fibra" - a diferencia de la frase popular, "candil de la calle y obscuridad de su casa", esta nueva frase debería ser el mayor título de mérito al que aspire nuestra Comisión Federal de Electricidad, y con ella también la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (en liquidación).
Al leer hoy en el diario El Financiero y en otras fuentes como El Semanario sin Límites la clara queja de la CANITEC (Cámara Nacional de la Industria de Televisión por Cable) a través de Alejandro Puente me vino a la mente esta frase paradójica. Puente describe un esquema realista, vigente en Francia, para conectar la fibra óptica de la CFE con la provisón de servicios a terceros entregando a estos el servicio a nivel de fibra obscura, y se duele a nombre de la Cámara que encabeza de que la CFE no esté poniendo fibra obscura a disposición de los usuarios. El esquema es una especie de co-locación a corta distancia, fuera de las instalaciones de la CFE, y por ello con impacto muy bajo en las consideraciones de seguridad nacional que ahora se invocan para la negativa a la venta/renta de servicio en fibra obscura, y amerita estudio a fondo, sobre todo en ausencia de proveedores comerciales y precios competitivos interrnacionalmente.
Para mí el quid del asunto está en que sólo a nivel de fibra obscura será posible realizar algunos trabajos científicos y tecnológicos de frontera que son imprescindibles para el desarrollo de México. El botón de muestra de la semana me lo proporcionó uno de los brillantes investigadores de la UNAM que están trabajando ya con el Large Hadron Collider (LHC) en el CERN en Ginebra. En respuesta a una pregunta mía tuvo la cortesía de indicarme qué anchura de banda requiere su experimento en esta etapa inicial: 25 Mpbs. Es decir, la capacidad real con la que se puede manejar tráfico de calidad en un enlace E3 de 34 Mpbs sin rebasar una cota de aproximadamente 70% de su capacidad, a partir de la cual las contención por el canal vuelve problemáticas las comunicaciones.
No vamos a ir muy lejos sin que la fibra óptica propiedad de la nación se dedique , en una fracción apreciable, a proyectos fundamentales de la sociedad que no son comerciales o siéndolo no han llegado a una etapa lucrativa. Entre los primeros está toda la ciencia mexicana que requiere conexión a redes de alta capacidad; entre los segundos los múltiples proyectos de desarrollo tecnológico en instituciones académicas, los desarrollos comerciales, las pruebas de concepto, funcionalidad y estrés del software apoyado por ProSoft y pronto los productos de ProMedia, y tantos más.
Los esquemas para el uso no comercial de la fibra no pueden basarse en los contratos comerciales estándares: los costos y precios no pueden ser los de una competencia de precios no agresiva con los proveedores comerciales, los niveles de utilización garantizada y constante no pueden ser tan altos como los que requiere la normatividad de las compras gubernamentales. La ciencia es un proyecto de nación, no una compra. Las redes son su sistema circulatorio y su sistema nervioso, no un insumo opcional.
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