domingo, diciembre 02, 2007

Declaración sobre "Educación abierta" de Ciudad del Cabo/Cape Town Open Education Declaration - y nuestro trabajo/and our work

Descubro gracias al blog de Jeremy Hunsinger, blog que tengo ligado con la aplicación "The River" en mi perfil en Facebook, la Declaración de Ciudad del Cabo sobre Educación Abierta, o Cape Town Open Education Declaration. Esta declaración cita la revolución actual en recursos educativos "abiertos", es decir, a los que se puede tener acceso en línea sin restricciones, y las prácticas educativas que los acompañan, y postula tres cambios que urge impulsar:

1. Maestros y alumnos. Quienes enseñan (o son responsables del aprendizaje de otros) y quienes aprenden deben participar activamente en el "nuevo movimiento de educación abierta" produciendo conocimiento, publicándolo, y cambiando sus prácticas educativas por unas de mayor colaboración.

2. Recursos educativos. Los recursos educativos deben quedar accesibles en línea universalmente, bajo licencias que faciliten su uso, reutilización, traducción y adaptación, y en forma que permita su operación sobre diversas plataformas tecnológicas. De ser posible, deben estar en formatos accesibles a personas con discapacidades y a quienes no tienen acceso a Internet.

3. Políticas educativas. Las autoridades e instituciones deben favorecer la educación abierta, volver disponibles los recursos creados con fondos públicos, dar prioridad a la educación abierta en la acreditación educativa, y otras medidas.

Cabe precisar que el término "educación abierta" está cambiando de signficado. De referirse a los programas educativos institucionales de los años alrededor de 1970, fuertemente institucionalizados pero reducidos en requisitos de seriación de materias, asistencia a clases, y basados más en modelos tutoriales, se está refiriendo ahora a la educación basada en materiales en línea y con una organización por definir. "Open" es más como "open software" y "open access" en este nuevo contexto. La declaración de Ciudad del Cabo es vaga en este sentido, pues deja mucho por definir. Esto también es una ventaja. Vale la pena estudiarla y que cada quien decida si opta por firmarla; es un documento valioso que puede volverse un parteaguas, como en cierta medida lo fue la Declaración de Acceso Abierto de Berlín en su campo.

Reviso la acción de la UNAM, y en particular la de DGSCA en los últimos años, y encuentro que hemos contribuido a muchas líneas que se verían favorecidas en la Declaración de Ciudad del Cabo, especialmente con SEPACómputo, con la biblioteca de podcast de la UNAM y con el trabajo de SERUNAM: material disponible ampliamente tanto en Internet como en medios transportables (incluso TV y DVD), que se puede usar sobre plataformas tecnológicas muy variadas, en algunos casos software libre, y con un impulso a su búsqueda, hallazgo, identificación, reutilización y uso intensivo. En buena medida esto cracteriza al trabajo producido en los últimos años por Jorge Martínez Peniche, Larisa Enríquez, Mario García Burgos, Luz Ma. Castañeda, y sus grupos de trabajo, y por Fabián Romo y sus colaboradores. (Menciono este trabajo porque ha estado en mi responsabilidad; no debe dejarse de apreciar el de la CUAED).

Como coincidencia interesante, el MIT anunció esta semana que ya tiene disponibles en OpenCourseWare materiales para cada uno de sus cursos. Una inspección de los materiales nos muestra a la vez la riqueza y las limitaciones de este enfoque. En algunos casos se cuenta con materiales autosuficientes y extraordinarios. En muchos otros lo que encontramos son fotografías de pizarrones o copias gráficas de notas de clase manuscritas. Si bien algunos de estos materiales contienen de manera imborrable - y detectable - la huella de los grandes maestros del MIT, son dramáticamente insuficientes para una enseñanza autogestiva. Sólo están concebidos como auxiliares de cursos tradicionales, o en el mejor de los casos, tutoriales a distancia. Los materiales son buenos (se espera eso del MIT) pero de calidad y profunidad muy disparejas. De allí que OpenCourseWare, sin dejar de ser admirable, marque también las grandes brechas que se deben superar para volver realidad los sueños plasmados en la Declaración de Ciudad del Cabo.

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