He tenido un gran respeto por el Prof. Derek Bok, quien fuera Rector de la Universidad de Harvard, desde que hace una década leí su discurso de despedida al retirarse de ese cargo. En él, Bok señalaba que ante las presiones crecientes para que las universidades hagan mucho más que enseñar e investigar (es decir: intervengan en el diseño de políticas públicas, participen en la resolución de controversias, cumplan funciones de consultoría, y muchas más), las instituciones deben guiarse por dos principios antes de decidir adoptar una tarea que les es propuesta:
1. La Universidad debe ser el único actor social (o uno privilegiadamente dotado) que pueda realizar la tarea (ampliando: no se dispone de instancias de gobierno, empresas, ONGs, etc. que puedan realizarla competentemente o en absoluto).
2. La tarea debe dejar algo sustantivo a la institución - un aprendizaje, una oportunidad de formar a sus estudiantes que no puede ser igualada o sustituida, un desafío a sus profesores e investigadores para que estén completamente al día y lo demuestren a la sociedad. Añado que no basta con que el proyecto sea lucrativo.
Bok ha seguido publicando reflexiones importantes acerca de la comercialización de la educación superior y otros temas de estrategia para este sector.
En el artículo al que me refiero hoy, http://www.boston.com/news/globe/editorial_opinion/oped/articles/2005/12/18/are_colleges_failing/
Bok apunta a los retos de las universidades (principalmente de EU) ante la competitividad internacional y el riesgo de la irrelevancia.
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